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7 actitudes que puedes cambiar para dar una milla extra. 

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Todos, en algún momento de nuestras vidas, hemos escuchado la frase «Procura dar una milla más en todo». Sin embargo, en pocas ocasiones se nos comparten consejos prácticos sobre cómo aplicarlo en la vida cotidiana. En esta ocasión, te compartimos siete sugerencias:

  1. No te conformes con hacer solamente lo que te piden o por lo que te remuneran.
    Aceptémoslo, nuestra cultura nos enseña «Haz menos y busca ganar más». Pero, como hijos de Dios (y como dice Romanos 12:2), no debemos conformarnos a este patrón y forma de pensar común en nuestro siglo.
    Por ejemplo, si tu horario de trabajo establecido es de 8am a 5pm, ¿porqué no tratas de estar temprano o te ofreces a ayudar a alguien que no logrará salir con esa asignación que el jefe le delegó 10 minutos antes de la hora de salida? No se trata de hacerlo por conseguir el pago por horas extras, o de mal acostumbrar a otros a hacerles su trabajo, o de quedar bien con tu jefe, sino que se trata de hacer una diferencia en el estigma social que tiene el mundo corporativo de personas de nuestra generación (milennials) con la forma de pensar mencionada al inicio. Otro ejemplo es, si tu mamá tiene una mañana atareada de mandados, ¿porqué no te ofreces a acompañarla, o a manejarle, o a hacerlos por ella?
  2. Dispone un poco más de tus recursos para dar a otros.
    Busca formas en que puedas apoyar distintos ministerios, reorganizando tus gastos personales y destinando algo para una causa específica: misiones, donar ropa o alimentos en tu iglesia local o albergues, comprar Biblias o un libro de Tiempo con Dios extra y regálalos a quienes no tengan uno, etc. No se trata de descuidar tus obligaciones económicas, ni de privarte de todas las cosas que te gustan, pero por ejemplo, en lugar de pagar $70 en tu membresía de gimnasio o de gastar $100 mensuales en salidas, buscas opciones más económicas y dispones de un poco más de recursos para bendecir a otros.
  3. Esfuérzate más de lo que consideras «suficiente».
    Todos tenemos un límite de energías y esfuerzo, pero ¿has considerado los efectos de esforzarte un poco más en lo que ya estás haciendo? Por ejemplo, levantarte 10 minutos antes de lo normal para leer un capítulo más de la Biblia, o dedicar más tiempo a repasar tus anotaciones de clases de forma periódica en vez de distraerte viendo vídeos en YouTube o viendo 5 capítulos corridos de tu serie favorita y honras a tus papás con buenas notas que serán fruto de tu nueva disciplina de estudio. O en lugar de hacer a la carrera el reporte que tu jefe te ha pedido, solo por salir de la responsabilidad, lo sorprendes haciendo un análisis comparativo con otra información que sabes que pudiera servirle. Sé creativo y pídele a Dios que te de el querer como el hacer.
  4. Consume menos.
    No solo nos referimos a la comida sino al tiempo que dedicas a Netlix, YouTube, redes sociales, Whatsapp. Así mismo (como mencionamos anteriormente) evalúa tus gastos personales de forma mensual y podrás detectar en qué estás gastando dinero que perfectamente pudieras estar ahorrando o invirtiendo en otras cosas, como el punto dos mencionado al inicio.
  5. Ayuda más.
    Por donde veas, siempre hay alguien que necesita ayuda. Puedes comenzar con tu familia nuclear o extensa. En tiempos tan difíciles económicamente como hoy, no esta de más ofrecernos a ayudar en casa con tareas diarias y así ayudas a ahorrar unos dólares en casa (ayudar con el jardín, hacer uso responsable de los vehículos familiares, apagar luces que ya no utilizas, etc.). O en tu iglesia y/o Grupo Juvenil, habla con tu pastor o líder y pregúntales en qué puedes apoyar, sin importar qué te sea delegado; hazlo siempre con gozo.
  6. No desperdicies tu tiempo. 
    Hoy en día, perder el tiempo es tan fácil que ni cuenta nos damos que lo estamos perdiendo. Honestamente, no te es vital leer los estados en las redes sociales de todos tus amigos, o ver una serie entera en una sola noche en Netflix. Si queremos ser personas exitosas, debemos primero aprender a administrar bien nuestro tiempo, invirtiéndolo en actividades que te traerán mayores beneficios y a costos más bajos de lo que piensas. Por ejemplo, puedes inscribirte a un curso en línea de un tema de tu interés (coursera.com es un buen sitio), o puedes buscar y descargar prédicas (especialmente ahora que contamos con herramientas como la app de Iglesia Josue), invita a salir o visita a alguien que sabes que está pasando por una situación difícil, etc.
  7. Dale más tiempo a Dios de lo que acostumbras.
    Este último  es claro y sencillo. Se trata de ser intencional en el tiempo que dedicas a tu comunión con Dios. Busca como puedes incluir 10 minutos más al día de oración, lee un capitulo más de la Biblia, escucha más alabanzas al día creando una playlist específica para tu día a día, busca un amigo con quien compartir diariamente lo que Dios te habla en tu Tiempo con Dios, etc.

Sé creativo en cómo dar una milla extra en los distintos roles que ejerces en tu vida (hijo, estudiante, hermano, amigo, servidor, empleado o emprendedor, novio, esposo, padre, etc.), y refleja a Cristo a través de ello, después de todo el fue quien lo dijo ¿no?.

Dios te bendiga.