Cuando nos dejaron la tarea de escribir una entrada para este blog, realmente me quede paralizada por unos momentos porque no sabia que era lo que debía o podía escribir.
Me puse a pensar que si hablara de mi, las cosas podrían tornarse un poco aburridas y sin interés. Así que mejor hablare de mi experiencia personal con Cristo y específicamente de uno de mis versículos favoritos que realmente marcó y transformo mi vida.
Ese es Romanos 6:10 “Porque en cuanto murió, al pecado murió una vez por todas; mas en cuanto vive, para Dios vive.”
Este versículo se refiere al suceso más importante de la historia, cuando Cristo murió por nuestros pecados. Enseñando que murieron todos los pecados junto con El, pero como sabemos que El venció a la muerte y ahora vive, específica que solamente vive para Dios, porque Él es Dios osea que Cristo tiene un propósito y eso me anima mucho a mi tambien pues es lo que le da sentido a mi vida en el día a día.
Cuando yo decidí aceptar a Cristo, entendí que mis pecados ya no tenían validez pues eran perdonados por aquel que los venció en la Cruz del calvario, que mis deseos en la carne estaban también muriendo en esos segundos, para ser ahora mi vida entregada al señorío de Jesús por completo. Fue entonces cuando comprendí la importancia del versículo, que ya no vivo yo, porque mi carnalidad representa mis deseos, mi voluntad, mi ego. Y entendí claramente que mi vida ya no es para mi, sino que ahora que vive Cristo en mi y como El vive para Dios entonces le ha dado un propósito a mi vida diferente que el que yo tenia pensado y es que mi vida es para Cristo.
Él es, el que vive en mi y como dice el versículo El vive para Dios. Esto no quiere decir que nunca volveré a pecar, porque soy humana y mi naturaleza carnal sigue en mi cuerpo, pero una cosa sé, que ya no soy esclava del pecado. Soy una Joven que ahora es libre, porque no soy yo la que vive, si no que Cristo vive en mi y yo ahora vivo para Dios y abogado tengo ante el Padre a Jesucristo.